Teléfono Rojo ¿Un romance Washington-Moscú?

    viernes 6.ene.2017    por Carlos Franganillo    25 Comentarios

Trumputin
2016 fue un gran año para Vladimir Putin. Consolidó la influencia rusa en Siria, con el control de Alepo por parte de las fuerzas de Asad gracias a la ayuda militar de Moscú, y -de ser ciertas las conclusiones de la inteligencia estadounidense- contribuyó a aupar a la presidencia de Estados Unidos al candidato más conveniente para los intereses del Kremlin: Donald Trump. Haya interferido o no en el proceso electoral estadounidense, la victoria de Donald Trump es, potencialmente, un regalo para Moscú.

Durante la campaña electoral, Trump ha puesto en duda la relación entre Estados Unidos y sus aliados en materia de Defensa, ha sido ambiguo respecto a la anexión rusa de Crimea, se ha rodeado de colaboradores vinculados en mayor o menor medida al Kremlin (Flynn, Tillerson, Manafort), ha dedicado buenas palabras al presidente Putin y ha abogado por mejorar las relaciones con Rusia. Es difícil imaginar un candidato (y ahora presidente electo) más receptivo ante las posiciones del Kremlin.

Es posible que esas intenciones sean sinceras por ambas partes, e incluso que se den pasos hacia un mayor entendimiento en los próximos meses. Personalmente no confío en un idilio ruso-estadounidense a medio y largo plazo, por la fricción natural entre los intereses estratégicos de Washington y Moscú en distintas zonas sensibles.

Desde el punto de vista ruso, las buenas intenciones de Trump hacia Moscú son una buena noticia. Pero también lo es el factor de incertidumbre que acompaña al nuevo líder estadounidense. Habrá que esperar a ver cómo se desenvuelve en la escena internacional y doméstica, pero a priori tiene potencialmente más posibilidades de generar cambios drásticos, y por tanto ruptura y tensiones, que Hillary Clinton. Es sólo un pronóstico que puede estar equivocado, pero se basa en intenciones expresadas durante la campaña. Antes de su llegada a la Casa Blanca, Donald Trump ha logrado desconcertar a la clase política de EEUU y países aliados; a los grandes medios de comunicación occidentales, conscientes de una relevancia menguante ante el empuje de redes sociales y actores fuera de control con enorme impacto en la opinión pública; e incluso al aparato de seguridad estadounidense al que Trump ha desacreditado y ridiculizado en público. ¿Romperá Trump el consenso EEUU-UE acerca de las sanciones a Rusia? ¿Obligará a los miembros de la OTAN a un mayor gasto militar como en realidad exige la propia organización? ¿Romperá alianzas de defensa con aliados si considera que Washington no obtiene suficiente recompensa a cambio? Todos estos escenarios son sólo hipótesis basadas en sus mensajes de campaña, pero cualquiera de ellos sería beneficioso para Moscú, cuya agenda de propaganda lleva años centrada en resaltar las grietas de las democracias liberales. El Brexit, el auge de movimientos políticos anti-establishment y las iniciativas separatistas son sólo algunos ejemplos de los fenómenos que Moscú resalta en su cobertura mediática de los países occidentales, con impacto creciente en las audiencias de esos países gracias a sus canales internacionales y a una eficiente actividad en internet.

De cualquiera de las maneras, el Kremlin tiene buenas opciones sobre la mesa. Si se logra una reconciliación entre Washington y Moscú es probable que se alivien las sanciones, o incluso que se contemplen o pasen por alto algunas reivindicaciones de Moscú, territoriales (Crimea) o políticas (un trato de igual a igual como gran potencia). Si eso no ocurre, Rusia puede mantener la tensión actual con Estados Unidos que, al menos de momento, contribuye a alimentar el sentimiento nacionalista y el respaldo a Putin gracias a la figura de un enemigo poderoso. En medio, cuenta con la posibilidad de que Trump erosione la vida política estadounidense, con serias fricciones entre el presidente y sectores de su partido en el Congreso, o empeore las relaciones entre Washington y alguno de sus aliados. Cualquier debilitamiento de las posiciones comunes occidentales sería una buena noticia para Rusia.

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Carlos Franganillo    6.ene.2017 18:39    

Algunos apuntes sobre el fenómeno Trump.

    viernes 11.mar.2016    por Carlos Franganillo    1 Comentarios

Tttt
Donald Trump se ha convertido en el gran fenómeno político del último año en Estados Unidos y después de varios meses nadie sabe explicar con claridad su éxito. ¿Quién le apoya y por qué?

En muchas ocasiones los medios de comunicación sólo nos quedamos en la superficie, en los chascarrillos de un personaje arrollador, con enormes dotes de comunicación, un estilo chulesco y arrogante, que se desenvuelve con soltura en los debates más enfangados y que exhibe con obscenidad su éxito empresarial y su riqueza. La puesta en escena es esencial en su estrategia pero detrás de eso se mezclan distintas tendencias sociales de gran calado que han sacudido la política estadounidense y no sólo en el bando republicano. El rechazo a la clase política tradicional y el apoyo a mensajes simples y populistas no nacen con el anuncio de la candidatura de Trump, en el verano de 2015.

Trump ha estudiado el electorado a fondo

Trump no es un fenómeno espontáneo ni pasajero, sino el reflejo de tendencias que se han desarrollado en los últimos años en Estados Unidos, y que tienen muchas similitudes con las nuevas corrientes políticas que emergen en  Europa y otras partes del mundo. Trump ha sabido articular esas tendencias y encarnarlas, con un enorme talento para la comunicación.

El magnate neoyorquino ha hecho un acertado análisis de mercado para diseñar su ideario y obtener apoyo en nichos de votantes a quien nadie estaba atendiendo de manera específica. Para ello no ha dudado en recurrir a herramientas como la xenofobia o a la defensa (temporal) de prácticas opuestas al Derecho Internacional, como la tortura o el asesinato de parientes de terroristas.

Un artículo reciente en la web VOX vincula el fenómeno Trump con la emergencia del autoritarismo entre el electorado republicano. Es decir, con la búsqueda de un líder fuerte, capaz de garantizar el orden ante las amenazas, según varios estudios.

Otros factores sociales, demográficos y económicos podrían ayudar a entender lo que ocurre.

1-  La clase media se ha derrumbado en los últimos años. Pierde solidez, ya no representa a la mayoría de la sociedad y sus ingresos siguen cayendo, según apunta un estudio reciente de Pew Research. Algunos analistas consideran que amplios sectores de esa clase media se sienten los grandes perdedores en las últimas décadas, olvidados por los políticos mientras la economía del país crece. Trump es un outsider, un intruso que se ha colado en la política y un empresario de éxito que promete acabar con los privilegios del establishment.

2- Estados Unidos vive un acelerado cambio demográfico y cultural. En 2065, los blancos no hispanos -columna vertebral de la identidad de EEUU desde la fundación del país- dejarán de ser la mayoría de la población. Hoy representan el 62% de sus habitantes. En 2065 serán poco más del 40%, según las proyecciones del Pew Research.

La población hispana y asiática ganan terreno y con el avance de la primera, también cobra fuerza la lengua española frente al inglés. En ese escenario no se debe descartar una mayor fuerza del nacionalismo y el mensaje identitario blanco-anglosajón en los próximos años. Con sus declaraciones xenófobas (anti-musulmanes) y sus amenazas de deportación en masa, Trump logra conectar con una gran parte del electorado republicano.

El neocon David Frum vincula estos elementos (clase media y raza) en su artículo "The Great Republican Revolt" para explicar parte del auge de Trump entre algunas capas conservadoras...y también se apoya en la desconexión entre importantes sectores de la base del Partido Republicano y sus élites (donantes y representantes políticos). Mientras sus líderes atacan y anuncian recortes en sistemas como el Medicare o la Seguridad Social la mayoría de sus votantes piensan exactamente lo contrario. Además, dos tercios de esos simpatizantes respaldan un mayor impulso a la deportación de inmigrantes ilegales. Y Trump ha sabido aprovechar todos esos elementos elaborando un mensaje duro ante la inmigración, prometiendo defender ciertas coberturas sociales y atacando a las élites políticas.

"Algo ha cambiado en la política estadounidense desde la Gran Recesión", dice Frum en su artículo. "Las viejas consignas suenan huecas. Los candidatos insurgentes son menos absurdos, los ortodoxos son más vulnerables. La élite de donantes del Partido Republicano planeó una restauración dinástica en 2016. En vez de eso, desencadenó una guerra de clases interna".

A tenor de estos análisis, Trump se presenta como un producto de la crisis económica que se ha traducido (no sólo en EEUU) en un empobrecimiento de la clase media y en una profunda desconexión entre la población y su clase política. Aunque las encuestas le favorecen, nada garantiza aún que el magnate neoyorquino se convierta en nominado republicano a la Casa Blanca y mucho menos que alcance la presidencia, pero los factores que rodean a su éxito político seguirán presentes lo logre o no.

Carlos Franganillo   11.mar.2016 23:33    

El Kremlin desconcierta a Obama

    jueves 8.oct.2015    por Carlos Franganillo    3 Comentarios

Putoba
 "¿Cómo responde usted a los críticos que dicen que Putin es más astuto, que le tomó la medida en (la crisis de) Ucrania y que sintió que puede salirse con la suya ?"

La pregunta de la periodista dejó entrever cierta irritación en Barack Obama, quizá cansado de que sus detractores le vean como un líder demasiado inocente y lento de reflejos en manos de un Putin que aprovecha cualquier duda o debilidad. La respuesta del presidente de EEUU puede consultarse aquí.

Obama se ha enfrentado a críticas similares en otras ocasiones, por la anexión rusa de Crimea o tras la iniciativa diplomática del Kremlin que frenó una intervención militar de Washington contra Bashar El Asad, como castigo al supuesto uso de armas químicas en Siria por parte del régimen.

Al margen del debate sobre quién emplea con más o menos éxito sus recursos diplomáticos y militares, lo cierto es que el último movimiento de Rusia en Siria parece haber desconcertado a Washington en un escenario en el que nunca ha querido implicarse a fondo. No han trascendido los términos exactos de la conversación entre Putin y Obama en Nueva York, durante la Asamblea General de la ONU, pero si atendemos al modo en el que -según BBC- se alertó a EEUU del comienzo de los bombardeos rusos en Siria, no parece que se tratara de un movimiento coordinado con anterioridad. Tampoco indica una gran deferencia.

"Un general ruso de 3 estrellas dejó la embajada rusa en Bagdad, llamó a la puerta de la embajada estadounidense y preguntó por el agregado de Defensa. Le dijo al militar estadounidense que los bombardeos comenzarían en 1 hora, así que sería mejor que abandonasen el espacio aéreo sirio", cuenta el periodista Jon Sopel.

La ofensiva de Rusia en Siria altera el escenario de la guerra porque debilita a otros grupos que combaten a Bashar El Asad. Al margen de que los objetivos de los ataques sean distintos, militarmente Moscú no ha hecho nada que EEUU no haya hecho en los últimos meses (ataques desde el aire o desde buques de guerra) pero en apenas unos días ha cosechado varios triunfos:

Por un lado, Rusia traslada una imagen de potencia decidida y de acción frente al inmovilismo y la falta de resultados. Es una comparación equivocada e injusta pero, al menos en estos primeros días, permite a Moscú presentarse como un país que asume la iniciativa militar en defensa de sus aliados e intereses y que no necesita el beneplácito de la Casa Blanca.

Esos argumentos son también valiosos para el consumo interno ruso, donde el poder militar y político de Moscú se proyecta como potencia global, al menos en apariencia, con la grandeza de otros tiempos. Su opinión pública también recibe el mensaje de que el Kremlin está dispuesto a evitar que la amenaza del Estado Islámico llegue a sus fronteras -en un país con una histórica insurgencia salafista en el Cáucaso y con una creciente radicalización islamista en ex repúblicas soviéticas de Asia Central- si los radicales rusos que han viajado a Siria e Irak para unirse al ISIS vuelven en el futuro. La investigadora Marta Ter explica aquí la evolución de la insurgencia en el Cáucaso desde los años 90 hasta los actuales vínculos con el ISIS.

A pesar de la retórica anti-ISIS, Rusia busca principalmente salvar a Bashar El Asad, su aliado en la región (los vínculos entre Moscú y Damasco se remontan a la década de los 70 del siglo XX), defender sus relaciones comerciales, preservar el uso de la base naval de Tartus como salida estratégica de Rusia hacia el Mediterráneo y afirmarse como potencia a tener en cuenta en el futuro de la región. Ese objetivo bien definido para reorganizar Siria -algo que EEUU y sus aliados no tienen en común- ofrece una cierta ventaja a Moscú que se refuerza considerablemente al coordinarse con Irán -la potencia con mayor peso e influencia sobre el terreno- y sus grupos afines, e incluso con Bagdad que ha acordado compartir información de inteligencia con el Kremlin. Reuters habla del eje Moscú-Bagdad-Damasco-Teherán-Hezbollah en este artículo y del papel de Teherán en una hipotética ofensiva coordinada aire-tierra en este otro. También es interesante el análisis que hace Willy Pulido en el blog Guerras Posmodernas de Jesús M. Pérez Triana, sobre la posible compenetración de Rusia con el "arco chií" como alianza en la región.

Lo que ocurra en Siria lo veremos en los próximos meses/años, pero los últimos acontecimientos pueden interpretarse como un éxito geopolítico (al menos temporal) de Moscú en la zona, en un momento en el que EEUU parece más interesado en centrar su peso político, comercial y militar en la región Asia-Pacífico y en desligarse de Oriente Medio. El vacío que Washington deje en Siria e Irak con su indefinición, lo podrían aprovechar con gusto en Moscú y Teherán. 

Carlos Franganillo    8.oct.2015 19:58    

¿Qué esperar de la estrategia de Washington contra el Estado Islámico?

    miércoles 10.sep.2014    por Carlos Franganillo    2 Comentarios

  FA18

McDonnell Douglas F/A-18 Hornet

La intervención de Occidente y de aliados regionales en Oriente Medio para combatir al Estado Islámico en Siria e Irak parece una obligación moral, atendiendo al nivel de brutalidad y de poder alcanzado por el grupo yijadista. Especialmente para Estados Unidos, principal responsable de la situación en Irak durante la última década, con el derrocamiento de Saddam Hussein y las posteriores guerras sectarias en las que se formó y fogueó el embrión del actual Estado Islámico.

Sin embargo, la destrucción total del EI parece fuera del alcance de Washington si se limita a atacar sus posiciones desde el aire. Tampoco parece que esa aniquilación completa sea absolutamente vital, desde el punto de vista de los intereses estratégicos de EE.UU. Las opiniones a este respecto son contradictorias en el aparato de seguridad de Washington. El secretario de Defensa, Chuck Hagel, cree que la organización es ahora tan letal como lo fue Al Qaeda en los momentos previos al 11-S, mientras que el máximo responsable en cuestiones de antiterrorismo de EEUU, Matthew Olsen, no ve un riesgo inminente en territorio estadounidense.

Estados Unidos parece más interesado en contener el avance del Estado Islámico en Irak que en erradicar completamente el problema (algo que por otra parte es extremadamente difícil de lograr). Este verano, la Casa Blanca y el Pentágono han puesto en marcha su estrategia para defender el Kurdistán -región petrolera y aliada tradicional de Estados Unidos-, apoyando y armando a las milicias peshmerga, y han maniobrado para apartar al primer ministro Nuri al Maliki y moldear al gobierno iraquí, en busca de cohesión nacional entre suníes, chiíes y kurdos. Están por ver los resultados de esas maniobras en Bagdad, que a primera vista parecen más bien un nuevo reparto de poder entre quienes ya estaban en la cúpula.

Los bombardeos de Estados Unidos desde el aire han frenado algunos avances del EI en el norte de Irak y han debilitado su estrategia en esa zona y ahora una de las principales incógnitas se centra en saber si Obama extenderá esas operaciones a territorio sirio, donde el Estado Islámico cuenta con importantes bases y localidades bajo su control. Todo un dilema. El Estado Islámico es una facción extremadamente agresiva y eficiente que lucha contra las fuerzas del presidente sirio Bashar El Assad, a quien Estados Unidos estuvo cerca de bombardear hace un año, tras acusarle de utilizar armas químicas. Assad no es del agrado de Washington y debilitar al Estado Islámico en Siria favorecerá a Damasco. Otra opción es reforzar a las facciones opositoras sirias que Estados Unidos considera moderadas, para luchar contra el Estado Islámico. Una apuesta que puede alterar el escenario sirio y que es extremadamente arriesgada, atendiendo al estado de las cosas en la región y a los precedentes de Libia o Irak.

Es posible que algunas de esas dudas se disipen en unas horas, cuando el presidente Obama anuncie su estrategia contra el Estado Islámico en televisión, en un momento en el que la opinión pública se muestra favorable a una intervención basada en bombardeos, no en despliegue de tropas. Los asesinatos de los periodistas estadounidenses Jim Foley y Steven Sotloff, decapitados por miembros del Estado Islámico, han hecho que 7 de cada 10 estadounidenses apoyen los ataques contra las posiciones del EI.

De momento, Washington descarta cualquier tipo de operación terrestre. No habrá tropas de combate, dicen, porque la sociedad estadounidense no lo entendería (senador John McCain en BBC). La sangría de Irak y sus resultados pesarán durante tiempo en la política exterior de Washington y sus aliados -España, entre ellos- en la invasión de 2003. Así que, con esas limitaciones, es probable que Washington base su estrategia en el respaldo internacional, con el apoyo militar y logístico de varios socios de la OTAN, y en los acuerdos que se alcancen con potencias regionales involucradas en los asuntos de Siria e Irak, principalmente. El entrenamiento y apoyo a las fuerzas locales kurdas/iraquíes será también importante, con especial atención al papel de las tribus suníes. 

La financiación de las fuerzas yijadistas es otro asunto trascendental, difícil de abordar. El dinero que alimenta al ISIS proviene del control de recursos petrolíferos y gasísticos tomados por sus fuerzas, bancos asaltados y donaciones desde países del Golfo y otros puntos del mundo.

En definitiva, Obama y sus aliados se enfrentan a un combate complejo, en muchos frentes y a largo plazo. Un combate que según altos mandos de la Administración estadounidense durará al menos varios años y que deberá continuar el sucesor de Obama en la Casa Blanca. 

Carlos Franganillo   10.sep.2014 18:19    

Obama ante un mundo peligroso

    jueves 4.sep.2014    por Carlos Franganillo    4 Comentarios

Yijadistas
Algunos analistas consideran que los Estados Unidos de Barack Obama viven hoy un proceso de repliegue estratégico, abandonando escenarios de conflicto después de años de desgaste, limitados éxitos en países como Afganistán o sonoros fracasos en otros como Irak. Sin embargo, un Imperio no puede replegarse si quiere sobrevivir como tal. Frente a las grandes operaciones sobre el terreno en tiempos de George W. Bush, Obama apuesta por operaciones encubiertas (Somalia, Pakistán,...), Fuerzas Especiales, drones, ataques aéreos y financiación y apoyo de aliados. Parece más bien un cambio en las formas.

Desde Estados Unidos, las voces más conservadoras critican su leading from behind -menos exposición directa de Washington y más multilateralismo- y le acusan de flojear ante los grandes retos de la política exterior...Si atendemos al estado de las cosas, el mundo es hoy un lugar más peligroso (especialmente en Europa del Este y Oriente Medio) pero no parece que eso afecte directamente y de manera grave a los intereses de Washington. Es más, como apunta Stephen M. Walt en la revista Foreign Policy, permite que enemigos y rivales de EE.UU. se desgasten entre sí....con un enorme riesgo para la seguridad mundial.

Aunque la estrategia global estadounidense se juega en muchos otros frentes, como Asia, el foco de atención de los medios de comunicación apunta a 2 zonas del mundo: 

-UCRANIA- Desde el comienzo de la crisis, en 2013, Washington ha tenido un papel destacado: apoyando las protestas contra el presidente Yanukovich y dando su visto bueno al proceso de toma de poder de la oposición. De manera intencionada o no, Estados Unidos es el actor que menos daños está sufriendo. Las sanciones afectan principalmente a Rusia y a muchos sectores industriales de la Unión Europea. Además EE.UU. goza de una enorme autonomía energética. Los países europeos no pueden decir lo mismo y su dependencia de Moscú no es algo que pueda cambiarse en pocos meses.  

Por otro lado, la crisis de Ucrania ha servido para dar nueva vida a una OTAN con problemas de identidad y para reforzar los vínculos con socios clave para Estados Unidos, como Polonia y los Países Bálticos. Eso supone un claro éxito estratégico para Washington. Al margen de cómo se resuelva la crisis, EEUU ya habrá ganado algo.

-ORIENTE MEDIO- La invasión y ocupación de Irak no deja de generar monstruos. Si la intervención basada en mentiras fue ya una mala idea, la gestión del caos posterior ha abierto paso a la situación actual. La desbaazificación del estado iraquí puso en la calle a decenas de miles de hombres con experiencia militar y deseos de venganza y alimentó las guerras sectarias, el fanatismo, y las milicias de todo tipo; y ha contribuido a engendrar una organización poderosa, el Estado Islámico, convertida ahora en amenaza regional. El EI/ISIS/ISIL cuenta con un sofisticado cuadro de mandos, muchos de ellos ex oficiales de Saddam Hussein, según expertos consultados por The New York Times.

De momento, Obama prefiere mantener los ataques desde el aire para frenar el avance del ISIS/ISIL/EI en el norte de Irak, reforzar y armar a las milicias kurdas y maniobrar en Bagdad con la esperanza de impulsar cierta cohesión nacional. Muchos expertos creen que ISIS no es una amenaza inminente para Estados Unidos, a pesar de los asesinatos de 2 rehenes estadounidenses.

Es decir, la Casa Blanca apuesta de momento por una exposición reducida para contener la amenaza regional mientras trata de lograr una alianza internacional que permita debilitar a los yijadistas.

Su papel en Siria, criticado desde prácticamente todas las partes del espectro político, parece basarse también en un cálculo similar para limitar su exposición en una situación que difícilmente beneficiaba a Washington, fuera cual fuera el resultado. A pesar de haber tomado partido por la oposición al presidente Bashar Al Assad (por las facciones moderadas, según Washington), una ayuda decisiva en cuanto a armamento no aseguraba éxito alguno. Cabe la posibilidad de que esas armas cayesen en manos de las facciones más radicales (Frente al Nusra, Estado Islámico, etc...). Si bien la permanencia de Bashar el Assad no es del agrado de Washington, la hipotética toma del poder por parte de los fundamentalistas -alimentados desde países del Golfo Pérsico y enriquecidos por los secuestros y los asaltos a bancos y yacimientos de hidrocarburos- parece aún menos deseable para sus intereses en la región.

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Carlos Franganillo    4.sep.2014 22:17    

DEMÓCRATAS CONTRA OBAMA

    jueves 9.dic.2010    por RTVE.es    36 Comentarios

Es un pulso político anti natura que ocupa los titulares en Washington: demócratas contra Obama.


El presidente de EEUU se ha pasado estos 2 años tratando de romper el muro republicano (levantado para bloquear su agenda desde el primer día, a base de decir que NO a casi todo, según muchos analistas políticos en Washington y según otros, imprescindible para frenar sus reformas demasiado a la izquierda).

Y estos últimos dias, al otro lado de la mesa están sus propios compañeros de partido, en muchos casos, amigos personales.

¿Por qué? Pues hasta donde sabemos, porque se oponen furiosamente al pacto al que Obama ha llegado con los republicanos para prorrogar las bajadas de impuestos que estableció George Bush en 2001 y 2003. Ese pacto supone mantener el nivel de impuestos actual para TODOS los estadounidenses durante 2 años, incluidos los más ricos (los que ganan 250 mil $ al año o más) una exigencia sine qua non para los republicanos, que querían hacer permanente ese recorte, también para los ricos.


Aumentar los impuestos a las rentas más altas era una promesa electoral de Obama ("por ética y porque no subirles los impuestos a los ricos aumentará el ya abultado déficit en 700 mil millones", dice el presidente) y una exigencia irrenunciable para muchos demócratas que creen que el presidente ha cedido demasiado.


"Todavía somos mayoría en la Cámara baja---dice el Caucus Demócrata---así que este pulso se reduce a un puñado de republicanos que necesitamos para alcanzar los 60 votos imprescindibles en el Senado y pasar nuestra propuesta (bajada de impuestos para todos EXCEPTO las rentas más altas).

Eso es cierto, aunque también lo es que muchos otros parlamentarios demócratas están apoyando el acuerdo de Obama con los republicanos, así que quizá la actual mayoría demócrata no vote en bloque "SÍ" a la propuesta del partido.

La Casa Blanca trabaja sin descanso para tender puentes con los suyos y cerrar esta fractura. El vicepresidente Biden lleva 2 días en el Capitolio tratando de convencer a los congresistas demócratas de que el acuerdo no es lo ideal, pero es fundamental para la frágil economía de EEUU.
Pero hoy mismo (jueves 9-Dic) el grupo demócrata de la Cámara de Representantes ha decidido desafiar al presidente Obama: ni siquiera aceptarán que ese acuerdo cerrado por la Casa Blanca se someta a la imprescindible votación en la Cámara baja.

El calendario tampoco ayuda: al actual Congreso le quedan apenas unos días antes del receso de Navidad. Si no llegan a un acuerdo, a partir del 1 de enero, los impuestos subirán automáticamente para todos, dos millones de desempleados de larga duración se quedarán sin ayudas, las empresas pequeñas y grandes no podrán desgravar sus inversiones en renovación tecnológica y unos cuantos ajustes económicos más, que sería largo de describir aquí.
Muchos economistas consideran que el pacto de Obama es imprescindible para dar oxígeno a la economía del país y que aceptar la exigencia republicana de no subir impuestos a los ricos es un mal menor si lo que está en juego es todo lo demás, como parece que está.

Es lo mismo que está defendiendo Obama.

Pero en el fondo, el debate es, sobre todo, ideológico. Para algunos en sus propias filas ésto ha colmado el vaso, como describe con gran severidad la editora de The Nation, Katrina Vanden Heuven, en su artículo "Obama's disastrous path" publicado en el Washington Post. "Obama aseguró que prefería ser un presidente de una sóla legislatura transformadora que dos legislaturas sin dejar nada hecho--dice la periodista. Pero si no entiende que recibió un mandato histórico para corregir décadas de calamitoso desgobierno conservador, se arriesga no ya a no ser reelegido, sino a cerrar una presidencia fallida".

Sus bases electorales progresistas llevan tiempo protestando por lo que consideran una presidencia demasiado tibia. "Auto-inmolación política" dicen unos. "Demasiado tiempo perdido en tender la mano a la oposición para recibir mordiscos y al final, perder las elecciones legislativas porque los americanos no se han enterado de la estrategia de bloqueo republicana", dicen otros, como Michael Moore.

Obama se defiende. En los ultimos días, con gran contundencia. "Este país se contruyó en el compromiso. Si el blanco y negro es la forma de medir los principios--dijo el martes--entonces asumamos que no conseguiríamos nada. Nos quedaríamos con la satisfacción del purista y ninguna victoria para el pueblo americano"

RTVE.es    9.dic.2010 18:31    

EEUU es más rojo

    lunes 8.nov.2010    por RTVE.es    17 Comentarios

Ahora que han pasado unos días, va siendo más fácil entender la foto que dejan las elecciones en EEUU.

Más allá del ruido, la financiación opaca, las nuevas caras y los tópicos que tantas veces usamos los medios para contar en pocos segundos realidades complejas, parece que estamos simplemente ante un proceso bastante habitual, “hemos vuelto a la norma”, dice el conservador Charles Krauthammer en su artículo del Washington Post.

“Los medios nos lanzamos a buscar interpretaciones para lo que es bastante sencillo y ha pasado muchas veces antes—dice Krauthammer. En 1946 por ejemplo, cuando la lealtad partidista era mucho mayor y la televisión casi una desconocida, los republicanos ganaron 56 escaños y perdieron 75 en las elecciones siguientes dos años después. La marea va y viene, pero la República perdura..”

También es importante no olvidar que en EEUU el presidente y la Casa Blanca son sólo la mitad del Gobierno. La otra mitad está en el Capitolio y a los ciudadanos de este país no les gusta mucho que las dos mitades tengan el mismo color.

Ya comenté hace unos días que varios analistas aquí creían previsible una gran victoria republicana entre otras cosas porque los demócratas estaban sobre-representados tras el impulso en estas mismas legislativas en 2006 y las presidenciales en 2008. En total ganaron 54 escaños, que son casi los que han perdido ahora.

Krauthammer asegura que “el mapa vuelve a reflejar lo que es EEUU: un país de centro derecha con una inmensidad roja (republicana) en el interior rodeada de franjas azules (demócratas) en las costas y algunas islas azules en comunidades étnicas o grandes ciudades”

“Los republicanos han ganado por omisión, por los errores de los demócratas que interpretaron espectacularmente mal el mandato de 2008 y han llevado a un país con pocas ganas a un experimento de dos años de hiperliberalismo”.

Yo no estoy tan seguro de eso. Me parece que si la economía hubiera empezado a reaccionar y el paro a caer, a los estadounidenses les hubiera importado mucho menos el tamaño de su Gobierno, su agenda reformadora y los multimillonarios paquetes de estímulo, que han sido los argumentos conservadores para erosionar a los demócratas y al presidente.

Sin embargo las cifras dejan también alguna buena noticia para los demócratas: ninguno de los nuevos senadores republicanos consiguió ganar en la franja de votantes que va de los 18 a los 29 años. Según escribe Harold Meyerson en el Washington Post, los nuevos votantes y los jóvenes (que votaron mucho menos que en las presidenciales) se inclinan claramente por los demócratas. A nivel nacional los republicanos perdieron en esa franja nada menos que por 17 puntos y sus resultados fueron mejores cuanto mayores los votantes


Así que es lógico que algunos demócratas piensen que la indiscutible avalancha republicana en estas elecciones podría ser más una oleada de pasado que de futuro.

RTVE.es    8.nov.2010 16:20    

Lou Dobbs

    jueves 12.nov.2009    por RTVE.es    22 Comentarios

En España es menos conocido porque creo que su programa no se emite en CNN Internacional.

El caso es que Lou Dobbs dimitó ayer y abandona la CNN, donde era uno de sus presentadores estrella. Dobbs, de 64 años, era el último de los presentadores originales que ayudaron a crear la primera CNN, allá por 1980.

La cosa no tendría más miga si no fuera por las conexiones políticas que tiene su dimisión. En los ultimos años Dobbs ha escorado su tono y su mensaje hacia la derecha y es conocido sobre todo por sus desprecios a la inmigración ilegal, sobre todo a la comunidad latina. En su programa "Lou Dobbs Tonight" el periodista aseguró que un tercio de la población reclusa en las cárceles estadounidenses eran inmigrantes ilegales. La cifra era tan equivocada que estuvo a punto de costarle el puesto.

Y a principios de este año atacó a Obama pidiendo que aportara más pruebas de que realmente había nacido en Hawai, abundando en una forzada polémica sostenida por la ultraderecha durante la campaña sobre el lugar de nacimiento de Obama y si podía o no ser nombrado presidente.

Dobbs, que parece que ahora piensa dedicarse del todo a la política, es sólo el último caso de una realidad que están reflejando los medios: una creciente polarización de la sociedad estadounidense. Yo mismo lo he notado mucho comparando lo que oigo y leo ahora con lo que oía y leía en Washington hace 5 años.

En ese contexto, la CNN asegura que su apuesta por el periodismo y la neutralidad política le está costando una audiencia que busca lecturas más partidistas en los canales todo noticias de la derecha (FOX) y de la izquierda (MSNBC).

¿Son los medios de comunicación tan escorados los que crean la polarización de la sociedad y generan tensión en el debate político o sólo la reflejan?

¿Es saludable que los medios que apuestan por una lectura más matizada y equilibrada pierdan audiencia?

RTVE.es   12.nov.2009 17:22    

UNA PESCA MUY CARA ( o un pescado muy barato)

    lunes 9.nov.2009    por RTVE.es    76 Comentarios

Perdón, esto no tiene nada que con Washington. O quizá si.

Vaya por delante que yo, como todos, me alegro enormemente de la liberación de los pescadores del Alakrana.

Y tal vez ahora sea mejor momento para preguntar: ¿podriamos los medios de comunicación apartarnos unos instantes de la corriente principal de estas informaciones y preguntarnos qué hacen barcos españoles pescando en el Indico?

A lo mejor es interesante preguntarse por qué hay que ir tan lejos a buscar pesca. Cada vez más lejos, más caro, más arriesgado. ¿Por qué? Quizá porque donde pescábamos antes ya no hay nada (comercial) que pescar. Y cuando acabemos con el Indico, ¿dónde iremos?

Japón consume el 80 por ciento de la pesca mundial de atún rojo, una especie amenazada por la sobrepesca, quizá al limite de su capacidad de recuperación. Cuando terminen con el atún rojo comerán otra cosa. ¿No es más sensato que empiecen a comer otra cosa ahora, antes de acabar con el atún, y así podrán seguir comiendo atún muchos años?

En el Cantábrico muchas familias dependen de la anchoa. Pero la hemos pescado tanto, que ya casi no hay y todas esas familias están sin trabajo. Y los barcos no salen a buscarla a otros rincones del mundo (más lejos, más caro, más arriesgado) porque la anchoa del Cantábrico sólo está en el Cantábrico. Hay muchos otros ejemplos de una explotación excesiva que perjudica primero a los bichos e inmediatamente después a nosotros mismos.

Nuestra voracidad no tiene limites pero los recursos de este planeta, sí.


¿Podríamos los medios (de vez en cuando) ayudar a un consumo más sostenible y responsable? Tal vez, también en esto, haya que cambiar algunos hábitos, no?

RTVE.es    9.nov.2009 21:01    

El otro Pittsburgh

    lunes 19.oct.2009    por RTVE.es    23 Comentarios

No sé por qué siempre pienso que a alguien interesará ver dónde y cómo trabajamos los medios en estas cumbres. Nada que ver con los líderes del G20 tomando decisiones (cuando las toman) pero aqui dejo algunas fotos de la otra cumbre, los medios que tratamos de traducir las decisiones al lenguaje útil de los ciudadanos corrientes. Los periodicos, radios, televisiones y otros medios nos distribuimos en esas salas de prensa dentro del centro de convenciones de Pittsburgh...

El equipo de TVE Washington: cámara Iñigo Horcajuelo, productora Anna Úbeda

Por la noche la sala de prensa se vacía...Quedan los que tienen que entrar en directo en sus programas de madrugada, como Juan M. Fierro, corresponsal de la Cope, al que dejan dormir poco..

Zona Casa Blanca...

Con Javier Diaz Canales, cámara y Elena Ochoa

RTVE.es   19.oct.2009 00:08    

Carlos Franganillo

Bio Desde Washington

Desde Julio de 2014, Carlos Franganillo es corresponsal en Washington DC, EE.UU. Anteriormente fue corresponsal en Moscú y enviado especial de TVE.
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